Desde pequeño cada vez que iba a ver a mi familia y parábamos en Ronda me gustaba asomarme al tajo, y siempre pensaba lo asombroso que tendría que ser bajar hasta abajo por algunos de los senderos que se ven y ver el tajo desde abajo. Después de tanto tiempo he conseguido cumplir una de las ilusiones de mi infancia. Ver el tajo desde abajo. La verdad es que no me ha defraudado.
Al principio tenia mis dudas ya que siempre he recordado el olor nauseabundo que desprendía en verano desde el tajo. Pero con las ultimas lluvias se ha limpiado muchos de los lodos que había acumulados después de años de vertidos sin depurar.
El puente nuevo desde la presa